CUANDO LA LUNA SE MURIÓ
CUANDO LA LUNA SE MURIÓ
La noche apareció como el abismo de mis sueños
En la estancia el humo de tu recuerdo se disipaba
Ante la ausencia de tus curvas cristalinas de pasión
Emanada de los poros esponjosos de tu piel tostada
Las sirenas asustadas por el espectro delictivo deliraban
Con sus llantos emancipados de terror, amor y odio
Pues a pesar del baño carmesí en los ríos de asfalto
Sus corazones evocaban el calor de los suspiros rotos
Y mientras los murciélagos nocturnos rondaban las calles
De la ciudad obscura, a cientos de kilómetros unos niños
Suspiraban por la ausencia de la luna, y al igual que sus
Corazones se encogían por la pérdida de la blanca esfera
El mío se contrajo por la ausencia de tus piernas.
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